Hoy me siento motivada a escribir sobre un tema que siento en la práctica la mayoría de las personas no se ocupan en darle la importancia vital que esto tiene, es la del cuidado y el amor propio.
Ese cuidado a uno(a) mismo(a) es verdaderamente parte esencial y fuente de la calidad de amor que podamos dar a los demás. Si no logramos amarnos, ¿cómo podremos amar de forma real?
La premisa de raíz es que solo yo puedo entenderme. Que solo yo puedo saber lo que me nutre y revitaliza, por eso debemos nosotros ser los únicos responsables de esto, y no tener la expectativa incierta de alguien cuidarnos y respetarnos.
Nadie nunca sabrá 100% lo que nos revitaliza, y cuándo lo podemos necesitar, solo nuestra atención constante a nuestros mensajes internos es lo que nos llevará a un mejor auto-conocimiento de nosotros.
El amor o cuidado a sí mismo, puede ser muy variado, o sea, toma muchas formas. Entiendo es algo muy personal, porque si, por ejemplo, para mí una forma de cuidado es ir a recibir un masaje, para otra persona puede que no lo sea.
Es importante pensar en cuáles son esas cosas que nos hacen sentir especiales, consentidos, y descansados, listos para seguir adelante.
El trabajo es maravilloso, nos da energía y propósito, pero es solo una parte de nuestro ser, debemos también ocuparnos y comprometernos con nosotros mismos, no solo por nosotros, pero para poder ofrecer una mejor versión de nosotros a los demás. Cuando estamos descansados y nos sentimos amados, ofrecemos un mejor amor.
Puedo decir que he ido desarrollando este espacio de tiempo y calidad para mí. Se ha convertido en un hábito de supervivencia para mis energías y optimizar mi estado de ánimo.
Para darles algunos ejemplos, y compartir mi experiencia, parte del cuidado que me doy es ocuparme de mi relación con Dios, nutrirme con su palabra, orar, dar gracias, estar a solas con Él, incluso ir a Misa para mi es una forma de auto-cuidado. En otras ocasiones es buscar un consejo, desahogarme de las cosas que me agobian, ya sea con un profesional o conversando con una amiga, tomar un café con amigas, o ir a que me den un masaje relajante, escuchar música, la cual dependiendo de mis emociones, puede ser de alta energía o mas bien suave e instrumental.
Para algunas personas el cuidado personal, es salir a caminar o correr o hacer yoga, en fin hacer algún tipo de ejercicios o de meditación. Escribir también es una excelente forma de cuidarnos y de reflexionar. Leer suele ser otra actividad de auto-cuidado. Muchas personas también preparan un ambiente de cuidado y belleza, con flores, velas, música. En Dinamarca, considerado uno de los países más felices, tienen un concepto, "Hygge", que se incorpora en sus días. Hygge significa crear una atmósfera cálida y disfrutar las cosas buenas de la vida acompañado de buenas personas. El cálido resplandor de las velas también significa "hygge".
Es imperante para nosotros desarrollar ese auto-cuidado, porque eso nos asegura una convivencia comunitaria mucho más armoniosa. Debemos respetar el cuidado que cada quien se da de forma saludable. Respetar y apoyar al que cuida su cuerpo, su espíritu, su mente, sus emociones, y su entorno.
Al adoptar una pequeña rutina contigo mismo(a) enseñas a tus hijos a que ese tiempo y cuidado es esencial, y verás como ellos te respetarán por eso, porque les enseñas límites, y el coraje de amarte. Cuida ese espacio, que es tuyo y se convierte a su vez en amor cálido para ellos.
¿Cómo puedes cuidarte más? ¿Qué tipo de actividades se te ocurren hacer que sean de tu disfrute personal? ¿Cómo te vas a comprometer hacerlas de forma consistente?
Piensa en actividades que te hagan pausar, reflexionar, descansar, agradecer, recargar y/o motivar los sentidos (vista, tacto, olfato, oído, gusto).
Algo también muy importante, es que el amarnos implica el aceptarnos y perdonarnos a nosotros mismos. Así que comencemos también a ser menos jueces y críticos de nosotros mismos y aceptarnos tal cual somos.
Y recuerda siempre que al sentirte más pleno(a), podrás dar más amor. Haz una cita de amor contigo, si no diariamente al menos semanal, pero con el fin de que sea diario.
No es en vano que el mismo Jesús dice: "Amarás a tu prójimo COMO A TI MISMO" Mateo 22:39
Comienza pequeño, pero comienza, no pospongas el amarte, que todo el resto de personas a tu alrededor tendrá mucho que ganar también.